Hoy vamos a
escuchar otro cuento para ayudarnos a descubrir lo importante que es la misericordia en esta cuaresma:
Cierto
día, iba paseando por una calle cuando de repente vi a un niño hambriento,
sucio y tiritando de frío dentro de sus harapos.
Me
encolericé y le dije a Dios:
–
¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces nada para ayudar a ese pobre
niño?
Esperé
la respuesta, pero fue en vano.
Sin
embargo, aquella noche, cuando menos lo esperaba, Dios respondió a mis
preguntas airadas:
–
Ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a ti.
Ese “te
he hecho a ti”…¿no se parece a la pregunta de Jesús en el evangelio del
lunes: “¿Cuántos panes tenéis?”? Si lo piensas bien, ambas buscan lo
mismo: que mires hacia dentro de ti y veas qué hay para dar. Hoy lo que puedes hacer es ser misericordioso quedándote en casa.
¡Buenos
días!
Que bonito
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