martes, 31 de marzo de 2020

MANOS ABIERTAS

Que nuestras manos estén siempre abiertas a los demás, como las de Cristo en la cruz. Que amemos a manos llenas...


CANTAMOS CON LOS MÁS PEQUEÑOS: TODA VA BIEN

A pesar de estos días, TODO VA BIEN y TODO VA A IR BIEN porque vosotros y vosotras lo estáis haciendo fenomenal. Haz tuya esta canción;


ORACIÓN DE LA MAÑANA. MIÉRCOLES 1 DE ABRIL 2020


Hoy miércoles nos vamos a fijar en las manos clavadas en la cruz. Manos abiertas, clavadas pero abiertas a pesar de todo. Manos abiertas de quien ha vivido desde la entrega, de quien fue hacia dentro de sí mismo, encontró lo bueno que tenía, lo que el Padre sembró en Él, y supo darlo a los demás.

Mira tus manos. Pon las palmas hacia arriba, y trata de mirar más allá de ellas, más hacia dentro de ti. ¿Qué dones identificas que puedas poner al servicio de los demás? Piénsalo mientras oyes la siguiente canción:

 

Ahora, escoge dos dones tuyos. Escribe uno en una palma y el otro en la otra palma. Pon las palmas de las manos mirando al cielo, como ofrenda a Dios, y dí: <<Señor, estas son mis manos. Yo te ofrezco y ofrezco a los hermanos mi…… y mi ….. (leo lo que he puesto en ellas)>>.

¡Buenos días!

TU LLUVIA DESCIENDE: (Una canción para la esperanza)


lunes, 30 de marzo de 2020

EL EVANGELIO DE CADA DÍA

Juan 8,21-30
Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy
Lectura del santo evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros." Y los judíos comentaban: "¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?" Y él continuaba: "Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados."
Ellos le decían: "¿Quién eres tú?" Jesús les contestó: "Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él." Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: "Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada." Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.


Oración de la mañana del martes 31 de marzo para los más pequeños. Cantamos con ellos


Ø  Para infantil y 1ºy 2º ciclos de primaria:

¡Cuántas cosas podemos hacer para ayudar a los demás con nuestras manos! Tenderla hacia los demás, acariciar, regalar un dibujo, tocar un instrumento, bailar, rezar, aplaudir…

¿Has salido en estos días al balcón, a la ventana, para aplaudir con tu familia y los vecinos?

¡Hoy vamos a aplaudir con más fuerza que nunca! ¡Vale!

¡¡¡Canción infantil!!! Saludo amable



Canción “Te damos las gracias Señor por las manos”



Gracias Señor por las manos

Jesús, bendice hoy mis manos,
y que lo que hagan
este par de manos en este día,
sea amable,
cariñoso y bueno.

Oración de la mañana del martes 31 de marzo de 2020


Hoy, martes, observamos el rostro de Jesús en la cruz. Su rostro es el de muchas personas, muchas que han sufrido y que siguen sufriendo a lo largo de la historia por haber luchado por la justicia para todos. Rostros que entendieron que el amor era el único camino, y que por amor merecía la pena entregarse.
En estos días tan significativos que estamos pasando, en ese rostro puedes poner el de muchas personas.
·         Haz un momento de silencio. Coloca tus pies bien firmes en el suelo, la espalda recta, las manos sobre las piernas o en tu regazo, la coronilla apuntando al cielo. Adopta una postura digna, sin tensión, como si un hilito te estuviera suspendiendo desde el techo.
·         Haz unas cuantas respiraciones. Toma aire por la nariz, y siente cómo éste hincha tus pulmones, tu barriga…imagina ese aire llegando a cada parte de tu cuerpo. Repite esto varias veces.
·         Ahora, trae a tu mente a una persona, o varias personas, que, como Jesús, hayan dado su vida o la estén dando por los demás, simplemente por amor, solo y exclusivamente amor.
(Dejamos un momento para pensar, y luego, en voz alta, decimos esa persona/personas que hemos pensado).

Viernes Santo - Wikipedia, la enciclopedia libre
Ese rostro de Jesús en la cruz,
es el rostro de quien vive desde la compasión,
de quien no entiende la vida si no es una vida con el otro y para el otro,
de quien sabe que se es más humano, más persona, cuando uno se pone en los zapatos del otro y pasa con él lo que esté pasando.
Hoy son días de compasión.
Son días para padecer con el otro, para acompañar.
Son días para aprender la enorme capacidad que tenemos de sentir compasión.

¡Buenos días!


domingo, 29 de marzo de 2020

ORAMOS CON LOS MÁS PEQUEÑOS: EL AMOR LO ARREGLA TODO


LOS MÁS PEQUEÑOS SOIS UNOS HÉROES: YA VERÉIS COMO EL AMOR LO CURA TODO.

ENTRAR EN LA VERDAD: PARA COMPRENDER EL EVANGELIO



Por la fe sabemos que esta vida es un regalo extraordinario de Dios. Jesús nos sigue llamando a salir afuera de todo aquello que nos separa de la vida, la libertad y la verdad.
Categoría
Tiempo de Cuaresma

ORACIÓN DE LA MAÑANA: EN TORNO AL EVANGELIO Y LA FUERZA DE LA CRUZ


La Cruz de Mayo vence y realiza su salida procesional con gran éxito.
En esta última semana de Cuaresma, vamos a leer completo el evangelio que nos ha servido de hilo conductor todos estos días atrás, añadiendo solo la última frase:

Del evangelio de Marcos:

<<Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.  Él les dijo: —Vosotros venid aparte, a un paraje despoblado, a descansar un rato. Pues los que iban y venían eran tantos, que no les quedaba tiempo ni para comer.  Así que se fueron solos en barca a un paraje despoblado.  Pero muchos los vieron marcharse y se dieron cuenta. De todos los poblados fueron corriendo a pie hasta allá y se les adelantaron. Al desembarcar, vio un gran gentío y se compadeció, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas.
Como se hacía tarde, los discípulos fueron a decirle: - El lugar es despoblado y la hora está avanzada, despídelos para que vayan a los campos y a las aldeas vecinas a comprar algo de comer. Él les respondió: - Dadles vosotros de comer. Replicaron: -Tendríamos que comprar pan por doscientos denarios para darles de comer. Les contestó: - ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Lo averiguaron y le dijeron: - Cinco panes y dos pescados.
Ordenó que los hicieran recostarse en grupos sobre la hierba verde. Se sentaron en grupos de cien y cincuenta. Tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la vista al cielo, bendijo y partió los panes y se los fue dando a [sus] discípulos para que los sirvieran; y repartió también los pescados entre todos.  Comieron todos y quedaron satisfechos.  Recogieron las sobras de los panes y los pescados y llenaron doce cestos. Los que comieron [los panes] eran cinco mil hombres.>>


EL SÍMBOLO DE ESTA ÚLTIMA SEMANA:

Ahora, LA CRUZ. Puede que para muchos la imagen de la cruz sea triste…pero hay que mirar más allá. Hay que abrirse a lo inesperado, al misterio. De la misma manera que, de cinco panes y dos peces, Jesús alimenta a toda una multitud, Él vencerá la cruz y resucitará. De lo que parece el fin, el Señor pone un “continuará”. La vida siempre puede más. Por eso, nuestra cruz es distinta, y vamos a ir contemplándola y descubriéndola esta semana. ¡Adéntrate en la Cuaresma del todo!
¡Buenos días!

Lecturas del Domingo 5º de Cuaresma - Ciclo A

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (37,12-14):

Así dice el Señor: «Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8

R/.
 Del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa


Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz,
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.

Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,8-11):

Los que viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.

Palabra de Dios

Evangelio

Evangelio según san Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45), del domingo, 29 de marzo de 2020
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Lectura del santo evangelio según san Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45):

En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron recado a Jesús, diciendo: «Señor, tu amigo está enfermo.»
Jesús, al oírlo, dijo: «Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»
Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde estaba.
Sólo entonces dice a sus discípulos: «Vamos otra vez a Judea.»
Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.
Y dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará.»
Marta respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.»
Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó: «¿Dónde lo habéis enterrado?»
Le contestaron: «Señor, ven a verlo.»
Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!»
Pero algunos dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido que muriera éste?»
Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa.
Dice Jesús: «Quitad la losa.»
Marta, la hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»
Jesús le dice: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»
Entonces quitaron la losa.
Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.»
Y dicho esto, gritó con voz potente: «Lázaro, ven afuera.»
El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario.
Jesús les dijo: «Desatadlo y dejadlo andar.»
Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

Palabra del Señor

sábado, 28 de marzo de 2020

Dios no nos abandona nunca, en tiempo de coronavirus tampoco

«Me parece que, en este momento, en este tiempo en el que tantos padecen por el miedo y la incertidumbre, nuestro Padre nos está llamando a intensificar nuestra adoración, nuestro discipulado. Nos está llamando a buscarlo con todo nuestro corazón, a servirlo con toda nuestra vida. Nos está llamando a confiar en su Providencia, en su plan para nuestra vida y para nuestro mundo».
«Estamos llamados a llevar las cargas de los demás y debemos solidarizarnos con nuestros hermanos y hermanas, como una sola familia. Necesitamos reflexionar sobre la fragilidad de nuestra vida y redescubrir lo que realmente importa».
«San Juan escribe que “el amor perfecto excluye el miedo”. Por supuesto, nosotros sabemos que nuestro amor está lejos de ser perfecto. Pero sabemos también que Dios no nos abandona. A lo largo de la historia de la Iglesia, Jesús continúa caminando con nosotros: a través de las persecuciones, de las plagas y de las pestes, y ahora, a través de una pandemia.»
José H. Gómez, Arzobispo de los Ángeles.

ORAMOS CON EL EVANGELIO


En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis.
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis.
¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?».

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: Aprendiendo a rezar Domingo. 17 del ...

Señor Jesús,
ya nos conoces, ¿qué te vamos a decir que no sepas de nosotros,
de nuestros pensamientos,
de nuestros desiertos y oasis, de nuestras capacidades y talentos, de nuestras pobrezas
y nuestras grietas? Claro que queremos ir hacia ti para tener vida, pero…
… nos puede la rutina conocida,
nos acobarda ir contracorriente,
nos desestabiliza la libertad con la que tú te movías y hablabas,
nos entristece tanta injusticia hasta paralizarnos,
nos enmudecen los slogans de otros,
nos arrinconan nuestras propias elecciones y opciones, nos empobrece la indiferencia con la que miramos o dejamos de mirar el estado en el que está nuestro mundo,
nos acomoda tanto estar bien y sin problemas…

Señor Jesús, todo esto ya sabes que nos pasa. Conoces bien nuestras energías y nuestras parálisis, nuestros grandes deseos y principios, y la realidad que luego tenemos y mantenemos.

Hoy te decimos que queremos ir hacia ti para tener vida, para vivir con hondura y profundidad, para vivir a tu manera, según tu modo de proceder. Hazlo posible, desinstálanos, ponnos en camino.
Así sea

viernes, 27 de marzo de 2020

ORAMOS CON LOS MÁS PEQUEÑINES


Para entrar en la Primavera de Jesús, en la Pascua, hace falta LA CALMA, QUERER AYUDAR, DESCUBRIR CÓMO SOY para que puedan CONTAR CONMIGO.
Pero aún queda una actitud más: ABRIRSE A LA SORPRESA DE JESÚS.
Terminamos la oración con esta canción.
“Somos ciudadanos de un mundo”:



jueves, 26 de marzo de 2020

ORACIÓN DE LA MAÑANA, VIERNES 27 DE MARZO DE 2020


Hoy, comenzamos el viernes rezando con esta oración de la Madre Teresa de Calcuta, que de esto de comprometerse sabía un rato.

Sólo os pido una cosa:
no os canséis de dar, pero no deis las sobras.
Dad hasta sentirlo, hasta que os duela. Abrid vuestros corazones al amor que Dios vuelca en ellos.
Dios os ama con ternura.
Lo que Dios os da no es para que lo ocultéis ni lo defendáis bajo llave.
Os lo da para que lo compartáis.
Cuando más os lo queráis quedar, menos seréis capaces de dar.
Cuanto menos tengáis, más capaces seréis de compartir

¡Buenos días!


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ORACIÓN DE LA MAÑANA PARA LOS MÁS PEQUEÑOS


Jesús sabía que siempre podía contar con Pedro Poveda para todo. ¡Eran amigos!

Pedro le decía así al Señor:
Señor que yo piense
lo que tú quieres que piense.
Que yo quiera
lo que tú quieres que quiera.
Que yo hable como tú
quieres que hable…”

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ORACIÓN DE LA MAÑANA CON PEDRO POVEDA. 26 DE MARZO DE 2020


Cierra los ojos. Apoya muy bien las plantas de los pies en el suelo. Pon tu espalda derecha. Respira. Toma aire, y siente cómo éste ensancha tu pecho, tu vientre y se mueve por todo el cuerpo. Suelta el aire, y siente cómo todo el cuerpo devuelve ese aire hacia el exterior. Repite esto varias veces mientras escuchas las siguientes frases de Pedro Poveda sobre lo importante que es que nosotros “entremos en acción”:

<<Hay que sazonar lo que está soso, allí donde se va, en el sitio donde se vive, a las gentes con quienes se trata.
Hacer agradable la vida, tratar al prójimo con tanto agrado y llevar a su ánimo una inspiración que llene de sal toda su vida. (…)
(…) ¿Quiénes son los que reaccionan? Los jóvenes. ¿Quiénes los más valientes, intrépidos, temerarios, arriesgados? Los jóvenes. ¿Quiénes son los que tienen ideales, los que se olvidan de sí, los que encienden el fuego? Los jóvenes. (…) Me preguntaréis ahora qué podéis hacer. Vosotros podéis conquistar el mundo, ni más ni menos>>.

Pedro Poveda invita a los jóvenes a tomar el relevo, a liderar y promover un cambio, un nuevo mundo, siendo sal y luz. ¿Te comprometes?
¡Buenos días!

martes, 24 de marzo de 2020

25 DE MARZO: LA ENCARNACIÓN DEL VERBO: LA FIESTA DEL SÍ.

La fiesta del SÍ

Hoy es fiesta grande, y aunque no es precepto nosotros podemos estarlo, porque hoy la Iglesia celebra… ¡LA ENCARNACIÓN! Y lo pongo en mayúsculas porque es la revolución más revolucionaria que ha existido en la historia. Hoy se celebra que Dios ha querido hacerse hombre para salvarnos, para redimirnos, para experimentar nuestra debilidad, para caminar junto a nosotros, para entendernos humanamente, ¡DIOS SE HACE CARNE POR TI! «El Verbo se hizo carne» es una de esas verdades a las que nos hemos acostumbrado tanto, que ya casi no nos impacta la magnitud del evento que expresa, decía Benedicto XVI. ¿Cómo celebrarás esta fiesta?
Primero leed con calma el Evangelio de la Anunciación y paraos allí donde el Señor toque vuestro corazón, donde algo os llame la atención. Y aunque os lo sepáis de memoria, la Palabra de Dios está viva y siempre dice algo nuevo. Hoy el Señor se te anunciará ¡a ti! Como cada vez que lees la Palabra de Dios, ¡qué tesoro tan poco atesorado! 
Un sacerdote muy bueno, el P. Mendizábal, reflexionaba así entorno al Misterio gozosísimo de la Encarnación, creo que nos pueden ayudar a todos a entrar en este misterio, como el ángel cuando entró en presencia de la Virgen:
«La aportación de la Virgen a la redención ha sido una aportación de amor dócil a la Palabra de Dios, que la ha llevado a asumirla y a ponerla por obra». ¿Cómo acogemos nosotros la Palabra de Dios? ¿La encarnamos como la Virgen? Plantéate cómo te preparas para recibir al Señor, cómo vives en presencia del Señor. ¿Vives atento? 
La Virgen es una pasada, verdadero modelo y maestra en todo. «María no había pensado en sus méritos ni en la grandeza de su amor. Palpaba su fragilidad y le parecía que lo que hacía no era más que lo que tenía que hacer. Por eso se pregunta en su sencillez por qué ese saludo tan alegre. Esta es la maravilla de la virtud». Es decir, María no se vanagloria de sí misma, simplemente hace lo que tiene que hacer con total sencillez y humildad y no le parece ningún mérito, más bien, le sale natural. Es verdad que es la Inmaculada, pero verdaderamente todos podemos vivir así, así de sencillos, así de humildes. Haciendo lo que tenemos que hacer.
«La respuesta de María es de una serenidad estupenda, admirable. En María no hay ninguna señal de duda, lo entiende, pero es responsable en su respuesta». No le causa temor la idea de Dios, simplemente se pregunta cómo sucederá pero no como curiosidad, sino para unirse aún más a Su Voluntad y acogerla en su plenitud. Ella que era virgen, que había decidido ofrecerse plenamente al Señor ahora le dice que será Madre, la más madre de todas. ¡Qué turbación! A veces los planes del Señor desconciertan, pero es porque Él quiere darse más. 
María entra en diálogo íntimo con la Palabra de Dios que le ha sido anunciada, no la considera superficialmente, sino que la sopesa, la deja penetrar en su mente y en su corazón para entender lo que el Señor quiere de ella, el sentido del anuncio.
En una catequesis Benedicto XVI expresa bellísimamente:
«Es importante, entonces, recuperar el asombro ante el misterio, dejarse envolver por la magnitud de este acontecimiento: Dios ha recorrido como un hombre nuestros caminos, entrando en el tiempo del hombre, para comunicarnos su propia vida (cfr. 1 Jn 1,1 – 4). Este modo de actuar de Dios es un poderoso estímulo para cuestionarnos sobre el realismo de nuestra fe, que no debe limitarse a la esfera de los sentimientos y emociones, sino que debe entrar en la realidad de nuestra existencia, es decir, debe tocar nuestra vida de cada día y orientarla de manera práctica. Dios no se detuvo en las palabras, sino que nos mostró cómo vivir, compartiendo nuestra propia experiencia, salvo en el pecado».
Hoy se celebra LA FIESTA DEL SÍ. Mira a la Virgen y diLe que SÍ al Señor, renueva tu sí cada día, de la mano del Señor, aunque dudes, aunque tengas miedo, aunque no sepas, aunque te fastidie… Dile SÍ. ¡Vale la pena! El Señor está deseando hacer grandes cosas contigo. ¡Menuda suerte tenemos!

ORACIÓN DE RELAJACIÓN PARA INFANTIL, Y 1º Y 2º CICLO DE PRIMARIA


Ø  Para infantil y 1ºy 2º ciclos de primaria:

Relajación: “La nube”
Es una relajación guiada. Dura 5 minutos





¡Buenos días!

ORACIÓN DE LA MAÑANA: MIÉRCOLES 25 DE MARZO DE 2020



Un discípulo llegó a lomos de su camello ante la tienda de su maestro sufí.

Desmontó, entró en la tienda, hizo una profunda reverencia y dijo:
– Tengo tan gran confianza en Dios que he dejado suelto a mi camello ahí afuera. Estoy convencido de que Dios protege los intereses de los que le aman.
– ¡Pues sal fuera y ata tu camello estúpido! – le dijo el maestro. Dios no puede ocuparse de hacer en tu lugar lo que eres perfectamente capaz de hacer por ti mismo.


Es muy bueno confiar en Dios y sentirse en sus manos, pero no olvidemos que Él también confía en nosotros, que Él puso en nuestras manos este mundo para que le ayudemos, no para estar pidiendo y esperando que haga un milagro. Como dice Jesús en el evangelio: <<Dadles vosotros de comer>>. Y, aunque al final Él fue quien hizo el milagro, fueron los apóstoles quienes ayudaron a repartirla y a hacer que la muchedumbre se sintiera bien.

¡Buenos días!

UN RATITO DE LECTURA: LA PEDAGOGÍA DEL CARACOL


Defendamos la alegría que nace  de la Buena Noticia y nos anima a la Esperanza

Lectura recomendada: LA PEDAGOGIA DEL CARACOL: POR UNA ESCUELA LENTA Y NO VIOLENTA. GIANFRANCO ZAVALLONI

Resumen
Vivimos en la época del tiempo sin espera. Las teorías psicológicas están de acuerdo en que una de las diferencias entre niños y adultos reside en el hecho de que los niños viven según el principio del placer (“todo y ahora”), mientras que los adultos viven según el principio de la realidad (“saber hacer sacrificios hoy para disfrutar mañana”). Yo diría que en la actualidad, los adultos, también en parte a causa de la sociedad del consumismo exacerbado, viven exactamente como los niños, según la modalidad del “lo quiero todo ahora mismo”. ¿Sabremos, entonces, volver a encontrar los tiempos naturales? ¿Sabremos esperar una carta? ¿Sabremos plantar una bellota o una castaña con la certeza de que serán los hijos de los hijos de nuestros hijos quienes disfrutarán de su majestuosidad secular? ¿De verdad sabremos esperar?


lunes, 23 de marzo de 2020

Cómo confiar en Dios cuando el miedo al coronavirus te paraliza

“No teman”, nos dice Jesús en el Evangelio (Mc 6:50). Sin embargo, a veces parece difícil vivir sin miedo y pánico, especialmente cuando las pruebas e incertidumbres oscurecen las perspectivas de futuro. ¿Cómo se puede luchar contra los propios miedos cuando el mundo entero se encuentra bajo la espada de Damocles del coronavirus? 

Aveces parece fácil vivir en confianza: cuando todo va bien, o casi todo. Es muy diferente cuando las dificultades e incertidumbres oscurecen las perspectivas de futuro. Si además eres una persona ansiosa, la confianza se convierte en un reto imposible de superar.

Deshacerse del miedo poco a poco

La confianza no puede ser decretada. En cierto modo, los pensamientos oscuros, las preocupaciones y las ansiedades nos invaden a pesar de nosotros mismos y adquieren, especialmente por la noche, proporciones exageradas. Desearíamos no tener más miedo, pero nos sentimos terriblemente impotentes.
Entonces, existe una gran tentación de desanimarse, incluso de desesperarse“La confianza incondicional es para los santos, no para mí”, nos decimos a nosotros mismos. Nos sentimos muy lejos del alegre descuido recomendado por Jesús e incapaces de librarnos de las preocupaciones que nos oprimen. Y sin embargo, el llamado de Jesús a entregarnos al amor del Padre no concierne solo a algunos de nosotros. Es para todo el mundo, no importa cuáles sean las preocupaciones.
La confianza es un camino: para llegar allí, hay que dar un paso a la vez. Con otras palabras, para crecer en confianza, hay que multiplicar los pequeños actos de abandono, sin desanimarse. Incluso si tenemos la impresión de que estamos avanzando a pasos chiquititos, ¡no importa!
En primer lugar, porque miles de pequeños pasos son mejores que un gran paso de vez en cuando. Segundo, y más importante, porque somos absolutamente incapaces de juzgar la importancia de nuestro avance: un pequeño acto de abandono durante la parte más difícil de la prueba puede representar, a pesar de las apariencias, un gigantesco paso adelante.
Todos podemos cultivar el abandono. ¿Cómo?
Primero, al querer e intentar abandonarse.
Segundo, al aceptar con humildad lo que no está en nuestras manos.
Tercero, al decidir entregar todas nuestras preocupaciones a Dios. Al elegir poner nuestra confianza en Él.
No depende de nosotros sentir esa confianza, pero sí de desearla.
Concretamente, esto significa que, a pesar de estar torturados por la angustia, todavía podemos decir al Señor:
Me gustaría creer en ti.
Me gustaría confiar en ti.
Me gustaría tener suficiente fe y esperanza para abandonarme en tus manos.
Esta pobre oración es un acto de confianza muy hermoso. Y el que grita así al Señor nunca lo hace en vano. Sin saberlo, sin ver nada de ello, ya está en los brazos de Dios. Ya ha entrado en confianza.
La confianza es un regalo de Dios. Como todo regalo de Dios, se ofrece a todos, incondicionalmente y sin límites. Falta desearlo y pedirlo, para estar preparado para aceptarlo.
Cuando, por orgullo, queremos superarlo todo solos por nuestra cuenta, hacemos imposible la confianza. Cuidado cuando decimos: “La confianza es para los santos, no es para mí. Es demasiado hermosa”. Porque sí, es demasiado hermoso, pero todo es demasiado hermoso. El niño que recibe un regalo maravilloso no lo rechaza con el pretexto de no ser digno de recibirlo. Él se lanza a por el regalo con entusiasmo. Así es como Jesús nos pide que aceptemos los regalos de su Padre. Así es como nos llama a entrar en la confianza.
Christine Ponsard

ORACIÓN DE LA MAÑANA DEL MARTES 24 DE MARZO DE 2020



El domingo, en el evangelio, veíamos que Jesús pide nuestra colaboración para hacer posible que lo bueno ocurra.
Y es que el ser humano, cuando se pone y pone mente y corazón en el momento presente, puede hacer cosas milagrosas. Fíjate en el siguiente vídeo:



Pues sí, juntos somos más fuertes, y podemos hacer cosas absolutamente maravillosas. ¿Te animas a hacer realidad el milagro?
¡Buenos días!

domingo, 22 de marzo de 2020

¿DONDE ESTÁ DIOS?

Afortunadamente, junto a los terroríficos y casi morbosos noticiarios televisivos sobre la pandemia, aparecen otras voces alternativas, positivas y esperanzadoras.
Algunos recurren a la historia para recordarnos que la humanidad ha pasado y superado otros momentos de pestes y pandemias, como las de la Edad media y la de 1918, después de la Primera Guerra Mundial. Otros se asombran de la postura unitaria europea contra el virus, cuando hasta ahora discrepaban sobre el cambio climático, los inmigrantes y el armamentismo, seguramente porque esta pandemia rompe fronteras y afecta a los intereses de los poderosos. Ahora a los europeos les toca sufrir algo de lo que padecen los refugiados e inmigrantes que no pueden cruzar fronteras. Hay  humanistas que señalan que esta crisis es una especie de “cuaresma secular” que nos concentra en los valores esenciales, como la vida, el amor y la solidaridad, y nos obliga a relativizar muchas cosas que hasta ahora creíamos indispensables e intocables. De repente, baja la contaminación atmosférica y el frenético ritmo de vida consumista que hasta ahora no queríamos cambiar. Ha caído nuestro orgullo occidental de ser omnipotentes protagonistas del mundo moderno, señores de la ciencia y del progreso. En plena cuarentena doméstica y sin poder salir a la calle, comenzamos a valorar la realidad de la vida familiar. Nos sentimos más interdependientes, todos dependemos de todos, todos somos vulnerables, necesitamos unos de otros, estamos interconectados globalmente, para el bien y el mal.
También surgen reflexiones sobre el problema del mal, el sentido de la vida y la realidad de la muerte, un tema hoy tabú. La novela La peste de Albert Camus de 1947 se ha convertido en un best seller. No solo es una crónica de la peste de Orán, sino una parábola del sufrimiento humano, del mal físico y moral del mundo, de la necesidad de ternura y solidaridad.
Los creyentes de tradición judeo-cristiana nos preguntamos por el silencio de Dios ante esta epidemia. ¿Por qué Dios lo permite y calla? ¿Es un castigo? ¿Hay que pedirle milagros, como pide el P. Penéloux en La peste? ¿Hemos de devolver a Dios el billete de la vida, como Iván Karamazov en Los hermanos Karamazov, al ver el sufrimiento de los inocentes? ¿Dónde está Dios?
No estamos ante un enigma, sino ante un misterio, un misterio de fe que nos hace creer y confiar en un Dios Padre-Madre creador, que no castiga, que es bueno y misericordioso, que está siempre con nosotros, es el Emanuel; creemos y confiamos en Jesús de Nazaret que viene a darnos vida en abundancia y se compadece de los que sufren; creemos y confiamos en un Espíritu vivificante, Señor y dador de vida. Y esta fe no es una conquista, es un don del Espíritu del Señor, que nos llega a través de la Palabra en la comunidad eclesial.
Todo esto no impide que, como Job, nos quejemos y querellemos ante Dios al ver tanto sufrimiento, ni impide que como el Qohelet Eclesiastés constatemos la brevedad, levedad y vanidad de la vida. Pero no hemos de pedir milagros a un Dios que respeta la creación y nuestra libertad, quiere que nosotros colaboremos en la realización de este mundo limitado y finito. Jesús no nos resuelve teóricamente el problema del mal y del sufrimiento, sino que a través de sus llagas de crucificado-resucitado nos abre al horizonte nuevo de su pasión y resurrección; Jesús con su identificación con los pobres y los que sufren, ilumina nuestra vida; y con el don del Espíritu nos da fuerza y consuelo en los nuestros momentos difíciles de sufrimiento y pasión.
¿Dónde está Dios? Está en las víctimas de esta pandemia, está en los médicos y sanitarios que los atienden, está en los científicos que buscan vacunas antivirus, está en todos los que en estos días colaboran y ayudan para solucionar el problema, está en los que rezan por los demás, en los que difunden esperanza.
Acabemos con un salmo de confianza que la Iglesia nos propone los domingos en la hora litúrgica de las Completas, para antes de ir a dormir:
Tú que vives bajo el amparo del Altísimo y pasas la noche bajo la sombra del Todopoderoso, di al Seño: refugio, baluarte mío, mi Dios en quien confío.
Pues él te libra de la red del cazador, de la peste funesta: con sus plumas te protege, bajo sus alas hallas refugio: escudo es su fidelidad.
No temerás el terror de la noche, ni la saeta que vuela de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni el azote que devasta a mediodía.
(Salmo 90,2-7)
Quizás nuestra pandemia nos ayude a encontrar a Dios donde no lo esperábamos.  
Victor Codina

ORACIÓN DE LA MAÑANA 23 DE MARZO DE 2020

Oramos de nuevo con la Palabra de Dios:

Lectura del libro de Isaías (65,17-21):

ESTO dice el Señor:
«Mirad: voy a crear un nuevo cielo
y una nueva tierra:
de las cosas pasadas
ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento.
Regocijaos, alegraos por siempre
por lo que voy a crear:
yo creo a Jerusalén “alegría”,
y a su pueblo, “júbilo”.
Me alegraré por Jerusalén
y me regocijaré con mi pueblo,
ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido;
ya no habrá allí niño
que dure pocos días,
ni adulto que no colme sus años,
pues será joven quien muera a los cien años,
y quien no los alcance se tendrá por maldito.
Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán los frutos».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 29,2.4.5-6.11-12a.13b

R/.
 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado

V/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.

V/. Tañed para el Señor, fieles suyos,
celebrad el recuerdo de su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.

V/. Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (4,43-54):

EN aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado:
«Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.
Jesús le dijo:
«Si no veis signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste:
«Señor, baja antes de que se muera mi niño».
Jesús le contesta:
«Anda, tu hijo vive».
El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:
«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».
El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Palabra del Señor