Hoy escuchamos la palabra de Dios. La lectura será la de la multiplicación de los panes y los peces. El mensaje final de este hecho es que si aprendemos a compartir lo que tenemos ocurre el gran milagro de que todos coman. Es una manera de vivir en la luz y en la resurrección de la pascua
Fijaos bien lo curiosa que es la situación: se le acercan a Jesús varios discípulos y se quejan porque no tienen nada para comer. Jesús les tira “la pelota a su tejado” y les dice que sean ellos mismos quienes les den de comer. ¿No nos pasa algo parecido cuando nos quejamos a Dios porque existen pobres en el mundo? Pues Dios nos dice no mismo a nosotros: “Dadles vosotros mismos de comer”. Escuchamos la Palabra de Dios
Cuando Jesús recibió la noticia, se retiró él solo en una barca a un lugar solitario. Las multitudes se enteraron y lo siguieron a pie desde los poblados.14 Cuando Jesús desembarcó y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos. 15 Al atardecer se le acercaron sus discípulos y le dijeron:
—Éste es un lugar apartado y ya se hace tarde. Despide a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren algo de comer. 16 —No tienen que irse —contestó Jesús—. Dadle vosotros mismos de comer. 17 Ellos objetaron:
—No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados. 18 —Traedlos aquí —les dijo Jesús. 19 Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los repartieron a la gente.20 Todos comieron hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron.21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.
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