VÍDEO DEL LEMA

lunes, 6 de abril de 2020

ORAMOS CON POVEDA Y CON LA INSTITUCIÓN TERESIANA EL MARTES SANTO

“El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida para redención de muchos” (S. Mateo 20,28). Esto hay que grabarlo en la cabeza y en el corazón, hay que repetirlo muchas veces, y pedir constantemente a nuestro Señor que nos conceda la gracia de practicar esta doctrina. Pues es harto fácil repetir estas frases y, muy frecuente, el pedir que los demás practiquen estas enseñanzas, pero no lo es tanto ponerlas por obra en todas las ocasiones que se nos ofrecen cada día”. 

PEDRO POVEDA (1935)


San Pedro Poveda y los primeros cristianos – 6 noviembre ...

REFLEXIONA - Reflexiona sobre los acontecimientos, lugares y personas en tu vida que se relacionan con los textos. 
• ¿Qué me dicen los textos hoy a mí y a mi vida? 
• ¿Qué sentimientos despiertan en mí? ¿Qué me está diciendo Dios en las lecturas? 
Pedro dice a Jesús: “Yo daré mi vida por ti”. Y Pedro Poveda nos señala el lugar y momento de vivirlo. Son “todas las ocasiones que se nos ofrecen cada día”. 
¿Dónde descubro a mi alrededor gestos de personas que dan la vida? No serán los más ruidosos, pero están ahí. 
Y puedo seguir pensando: ¿Dónde está el secreto de esa entrega de la vida? No hay más respuesta que el amor. ”En eso conocerán que sois discípulos míos” (Jn 13, 35) ¿Lo creo de verdad? 

ORA –  Responde en oración. 
• ¿Qué le puedo decir al Señor en respuesta a su Palabra?
• Conversa audazmente con el Señor con tus propias palabras. Habla de la forma que quieras. En ti, Señor, he puesto mi esperanza. Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás defraudado. Tú, que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha mi oración y ponme a salvo. 

CONTEMPLA –  Descansa en el Señor. ¿Qué me está diciendo Dios mientras escucho y permanezco en la presencia de Dios? ¿Qué conversión de mente, corazón y vida me está pidiendo el Señor? Un verdadero encuentro con Dios lleva a la transformación. Podemos repetir muchas veces en el silencio del corazón: “Nadie tiene más amor que quien da la vida por sus amigos” (Jn 15, 13). O estas otras: “Todo es tuyo, Señor… Dame tu amor y tu gracia, esto me basta”. 

ACTÚA – Actúa La oración nos mueve a la acción. • ¿De qué forma puedo ofrecer mi vida como don para los demás? • ¿A qué me siento llamado/llamada después de esta oración? Expresar gratitud a quienes entregaron y entregan su vida para el crecimiento de los demás, a quienes se olvidan de sí y dan generosamente cuanto son y poseen. Hacer memoria de gestos de personas que nos han ayudado a vivir y a dar la vida por los demás.

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