Prácticamente no queda nada para acabar el curso escolar. Dos semanas mal contadas. Es verdad que lo que importa es el trabajo y esfuerzo que uno haya hecho durante todo el año. Es verdad que no se pude enderezar un curso si es que durante todo el año no me he esforzado. Pero también es verdad que un empujón final puede cambiar algunas cosas.
A muchos de vosotros os cuesta privaros de algo que os gusta mucho, aunque a la larga sea mejor para vosotros. Es decir, una gran mayoría de vosotros saldrá esta tarde a dar una vuelta, y mañana, y pasado mañana, etc. Sin embargo todos sabemos que si durante estos días que quedan somos capaces de privarnos de esas salidas y encerrarnos a estudiar duro, el resultado final acabará compensando. Es preferible estar varias semanas más sacrificado si eso significa que tendré un buen verano.
Esta aplastante lógica, sin embargo, no la sigue mucha gente. Dicen que a los adolescentes les falta esta capacidad para darse cuenta de que lo mejor es sacrificarse hoy para estar mejor mañana. Una capacidad que irán adquiriendo conforme se van haciendo adultos. No sé que pensáis vosotros. Pero lo cierto es que muchos de vosotros prefiere no renunciar a salir estos días, aunque eso suponga que el resultado académico sea malo y que por tanto el verano será fastidioso. (Quien dice salir, dice ver la tele o permanecer toda la tarde en Internet o enganchado al móvil)
Tenemos que ser más inteligentes y aprovechar estos días para dar un último empujón. Un esfuerzo en estas dos semanas. Aunque no vayamos a cambiarlo todo, si es posible que podamos arreglar un poco las cosas. Por ejemplo si me iban a quedar dos puede que consiga que no que quede ninguna; y si iba a suspender cuatro es posible que lo reduzca a dos. Hay que ser astutos para que al final sea yo quien controle la realidad, y no sea la realidad la que me controle a mí.
Podemos preguntarle a nuestro profesor, seguro que puede aconsejarnos algo bueno sobre esto. Ánimo y aprovecha el tiempo, todavía se pueden hacer cosas.
Le pedimos a Dios fuerza para ello y le rezamos al Padre Nuestro.
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