Jn 6,51-58. El Cuerpo y la Sangre de Cristo de esta Eucaristía nos dará la fuerza para seguir demostrando que ser cristiano es vivir en alegría y paz, para ser testigo de la Pascua, servidor de los que más lo necesitan. Dios es amor y hoy damos gracias por verlo de una forma más concreta y amable, por saber que miles y miles de personas están ayudando a otras con un corazón desprendido. Cristo se hace presente en nuestras calles, en nuestro barrio, en nuestro pueblo. Comulgar el cuerpo y la sangre de Jesús es escuchar su palabra y hacerla viva hoy. Es poner los pies donde él los puso. Es dejarse transformar interiormente. Es tomar las decisiones que él tomó. La comunión es un hecho para vivirlo en medio del mundo.
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