VÍDEO DEL LEMA

martes, 16 de junio de 2020

REFLEXIÓN DE HOY; PÓNGANSE LA MASCARILLA DE OXÍGENO

La verdad sobre las mascarillas de oxígeno de los aviones
Cuando el avión está a punto de despegar, la azafata recomienda: «No olviden ponerse la mascarilla de oxígeno antes de ayudar a los demás». Creo que nuestro primer impulso sería ayudar y luego buscar la mascarilla. Pero parece que no puede ser así. Me evocaba la invitación de Jesús: ama al prójimo como a ti mismo. Porque si este amor no está en tu vida, ¿cómo vas a poder ofrecerlo? Si no tienes el oxígeno que necesitas para respirar, ¿cómo vas a poder reanimar a otros?
Me ayuda mirar los conflictos en nuestras relaciones, los roces cotidianos, desde ahí aprendo que queremos ayudarnos y, sin embargo, en ocasiones nos lastimamos porque no tenemos el suficiente oxígeno, el suficiente espacio de amor liberado.
En realidad, tenemos dentro mucho más amor del que imaginamos sólo que, a veces, se nos atasca y necesitamos «expertos» que nos ayuden a sacarlo. Los niños son los más autorizados para ello. Un pequeño con síndrome de Down, al que su catequista invitó a hacer una oración, dijo: «Dios, cura mis pensamientos». ¡Cuánto bien nos hace una petición así! Sufrimos, en ocasiones, por la deriva de nuestros pensamientos que nos llevan a presuponer, interpretar, enjuiciarnos… Se nos convierten en pensamientos tóxicos que retienen, sobre todo, las voces negativas y no nos dejan reconocer el don que contiene cada experiencia.
Los pensamientos tóxicos son todos aquellos que son negativos. Cuando hacemos un juicio sobre los demás, cuando interpretamos que los demás piensan una cosa u otra. Con frecuencia suponemos cosas en la mente de los demás que nos es cierta. Y esa actitud nos aleja de una convivencia pura y limpia con los otros. Si vaciamos esos pensamientos, si intentamos que no nos dominen será fácil la convivencia y podremos acercarnos al otro desde otro punto de vista.
Jesús, nuestro modelo y maestro, fue criticado por acercarse constantemente a los pobres, a las prostitutas, a los enfermos. Jesús tenía limpia su mente con respecto a los demás y por eso pudo acogerlos. Me pregunto si suelo enjuiciar la los demás o si intento tener una mirada limpia. Limpiémos primero nuestrso pensamientos y podremos ver bien para ayudar a los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario