Buenas días a todos.
En el bosque todos dejaban de lado a la oruga. “Es un animal horrible” decían alguno. “No sirve para nada”, comentaban otros. “Lo único que hace es comer las plantas y estropearlas”. “Se mueve como las serpientes, arrastrándose por el suelo, pero ni siquiera tienen la piel que tienen ellas, decía el resto.
La pobre oruga andaba sola por el bosque sin poder conversar con nadie. Así pasaba los días, hasta que llegado un momento, sin que nadie la viera, se replegaba sobre sí misma y se cubría con una pequeña piel. El resto de animales, no sabían de donde provenían esos capullos que aparecían de repente en las ramas de los árboles. Lo que sí sabían era que de ellos, después de varios días, nacían las mariposas, que eran la alegría del bosque.
Una noche, una ardilla se había desvelado y buscaba algo para comer en el árbol, cuando escuchó que de una rama vecina provenía un llanto mudo. Se acercó lenta y sigilosamente y vio una oruga que se acurrucaba y al poco se convertía en capullo. ¡No lo podía creer! ¡Una oruga!, ese bicho asqueroso, despreciado por todos. ¿Cómo podía ser?
A la mañana siguiente, la ardilla se lo contó al resto de los animales, y esa noche, escondidos entre los árboles tuvieron que darle la razón: las mariposas provenían de las orugas. ¡Qué necios habían sido al juzgar a los demás por su aspecto!
Todos tenemos algunos defectos pero a diferencia de los animales sabemos que tras la oruga se puede esconder una bella mariposa. Hay veces que sentimos que es difícil cambiar, pero no es imposible. Podemos pedirle ayuda a un amigo, a un familiar, a Dios.
¿Qué te gustaría o necesitarías cambiar? ¿Por qué quieres cambiar? ¿Qué cosas vas hacer para cambiar?
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