Mt 10,26-33. Somos hijos queridos de Dios, sin importar el color de nuestra piel: todas hermanas. Jesús nos anima a vivir sin miedo, a gritar la Verdad que Él nos regala pero también es claro: si le negamos, también Él nos negará. Tener o permitir actitudes racistas es negar a Jesús y al Padre Madre Dios. Es hora de unirnos como verdaderos hermanos y acabar con esta injusticia, es hora de que todas las personas podamos vivir sin miedo.
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