miércoles, 23 de septiembre de 2020

ORACIÓN DE LA MAÑANA 2º Y 3º CICLO DE EPO: COMPARTE TU MAÍZ.

 

COMPARTE TU MAÍZ



En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso al mejor producto año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos.

“¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año?” preguntó el reportero.

“Verá usted, señor,” dijo el agricultor.

“El viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembrado a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz debo ayudar a que mi vecino también lo haga”.

Lo mismo es con otras situaciones de nuestra vida. Quienes quieran lograr el éxito, deben ayudar a que sus vecinos también tengan éxito. Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO

El maíz del agricultor se parece a cada una de nuestras cualidades. Si somos capaces de compartirlas florecen si no...

¿Nos parecemos a ese agricultor o pensamos que nuestras cualidades son para guardarlas?
¿Cuándo descubrimos que compartir es la forma de hacer crecer lo que cada uno tiene?

Algunos ejemplos:
Compartir nuestro tiempo, ayudando a un compañero que necesita una explicación.
Compartir nuestro tiempo con alguna persona necesitada.
Ser voluntario...

En todos estos casos ¿damos o recibimos?

ORACIÓN

Cada amanecer, Señor, recuerdo el don del amor y me lanzo a ponerlo en práctica. Cada mañana, Señor, quiero renovar, con el día que nace, mi compromiso por mejorar mi actitud en clase, y por ser mejor compañero.

Cada mañana, Señor, me doy cuenta de lo difícil que es todo esto, pues exige un auténtico esfuerzo por mi parte.

Con tu ayuda, Señor, y la de mis compañeros, quiero poner, en este día, lo mejor de mi persona al servicio de los demás: que todo el que se encuentre en necesidad me encuentre dispuesto a tenderle una mano; que en mi trabajo sea un modelo de cómo deben hacerse las cosas.

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