Amiga, amigo: sin cirugía, sin
preoperatorio, sin pasar por el quirófano, sin anestesia, sin complicaciones y
sin gastarte un céntimo, te presento el lifting del corazón. ¿Te atreves a
hacértelo? Respira hondo, llénate de la paz del Señor y escucha atentamente ...
1º) Para eliminar las arrugas de la tristeza (todo me sale mal,
“el horno no está para bollos,” mi vida es un valle de lágrimas…)...
Estira tu sonrisa (festeja cada día el milagro de
la vida, la enorme alegría de estar vivo… ¿Te parece poco?).
2º) Para eliminar las arrugas del egoísmo (mi casa, mi moto, mis
vacaciones, mi gente, mi, mi…).
Estira, hasta hacer añicos, tu yo (desaparecerá
tu ego y surgirá, por arte de magia y de amor, la felicidad de darte a los
demás… ¡Sus efectos son devastadores!).
3º) Para eliminar las arrugas de la venganza (ojo por ojo y diente
por diente).
Estira, hasta límites insospechados, tu perdón
(al menos, hasta setenta veces siete).
4º) Para eliminar las arrugas de la indiferencia (yo y mi vida, mi
vida y yo).
Estira tu compromiso (yo y los otros, los otros y
yo).
5º) Para eliminar las arrugas de la prepotencia (soy el mejor, el
más listo, el que mejor juego, el que mejor visto…).
Estira tu humildad (haz el trabajo bien hecho,
a ser posible, desde el anonimato, evitando el aplauso, la palmadita en el
hombro).
6º) Para eliminar las arrugas de la rutina (el aburrimiento, el
todos los días lo mismo).
Estira tu creatividad (tu apasionamiento,
reinventa cada día tu vida).
7º) Para eliminar tu desamor, tu infelicidad (cuando Dios, estás
convencido, te ha dado la espalda).
Estira tu corazón (y deja que Dios establezca allí su morada).
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