Una noche en sueños vi,
que contigo caminaba,
junto a la orilla del mar,
y en silencio contemplaba.
Observé que algunas veces,
al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares,
veía sólo un par de ellas.
Mas si ves sólo dos huellas,
en la arena al cambiar,
y no ves las otras dos
que se debieran notar,
es que, en tu hora afligida,
cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas
porque te llevo en mis brazos.
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