Seis días más tarde, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte a un monte alto. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz (...).
Una nube luminosa los cubrió con su sombra y una voz desde la nube decía: "Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo".
Mateo 17, 1-2.5
¿Cuántas veces actuamos dándonos importancia?
A veces, vamos por la vida creyendo que estamos por encima de los demás. ¿Te paras a valorar todo lo bueno que hay en los que te rodean? ¿Los valoras o tiendes a despreciarlos?
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