Hoy jueves miramos hacia los pies de Jesús. Ahora
están ahí quietos, clavados, pero los pies de Jesús fueron pies inquietos, que
lo llevaron de acá para allá, de unos pueblos a otros, del norte a sur, del
este al oeste, de unas caras a otras, de unas vidas a otras. Son los pies de
quien vivió desde el compromisode
hacer de este mundo un mundo más de Dios y más de las personas.
Ahora mira tus pies. Mientras los miras, pregúntate:
-
¿por
qué momentos importantes has pasado en los últimos tiempos? ¿Cómo eran? ¿Qué te
hicieron pensar?
-
¿de
qué cosas has huido? ¿Eran cosas buenas, cosas malas? ¿Por qué huías?
-
¿Qué
personas han ido pasando por tu vida? ¿Quién te ha dejado huella?
-
¿Y
tú, por qué personas crees que has ido pasando y dejando huella?
Mira tus pies, no dejes de mirarlos, y responde en
voz alta a cada pregunta anterior.
La vida puede convertirse en un compromiso, un
compromiso de entrega y de voluntad por querer hacer el bien. Como hizo Jesús.
En estos días, estamos viendo cómo hay mucha gente
que vive ese compromiso al pie de la letra, dando incluso su vida en ello. Como
hizo Jesús. Su sacrificio sigue siendo hoy algo actual.
¡Buenos días!
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