“Que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no” (Sant 5,12)
Ahí está el poder de las palabras.
Poder para perfilar,
para poner límites,
para DESCRIBIR.
Poder para configurar la REALIDAD.
Poder para herir o para enamorar.
Para seducir, y convencer, y disculpar.
Ser una persona “de palabra”
quiere decir ser de fiar.
Tanto poder tienen nuestros versos,
nuestros verbos,
nuestras promesas o nuestras negativas…
que es necesario pensar en ellas.
Frente a la cháchara, SOBRIEDAD.
Frente a la mentira, sinceridad.
Frente al cacareo, SERENIDAD.
Para hacer, de nuestros días, POESÍA.
¿Qué palabras han sido importantes para mí en los últimos tiempos? Palabras que yo haya dicho o que me hayan dicho…
PADRE NUESTRO
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