Jesús hablaba a sus discípulos con imágenes que tomaba de lo que veía cada día. Así lo entendían fenomenal. Un día les dijo: «Yo soy el buen pastor». Ellos se quedaron pensando, porque los pastores tampoco eran muy populares entre los judíos.
Pedro le miraba con cara de no entender. Así que Jesús se puso a explicarles lo que quería decir: «Veréis, ¿a que entendéis la diferencia entre los buenos y los malos pastores? El buen pastor da la vida por sus ovejas. No es como el mal pastor, que se preocupa menos. Cuando viene el lobo, el mal pastor se escapa y deja a las ovejas en peligro, porque solo se preocupa de sí mismo. Pero el Buen Pastor conoce a cada una de las ovejas por el nombre, y se preocupa por ellas, y si tiene que arriesgar su vida para defenderlas, lo hace».
Los discípulos ya iban entendiendo un poco mejor lo que quería decir Jesús. Entonces les dijo:
«Pues yo soy como ese buen pastor. Porque me preocupo de cada persona, la conozco por su nombre, y quiero entregar mi vida por cada uno. No solo por unos pocos. Por cada uno. Ese es el encargo que me ha hecho mi Padre Dios».
ORACIÓN
Da gracias al Dios de la Vida y de la ternura por todas las personas que han sido para ti "buenos pastores" y te han cuidado en distintos momentos de tu vida.
Haz presentes y nombra en tu corazón a todos esos "buenos pastores" en nuestro mundo hoy tan necesitado de cuidados.
Pide a Jesús que te enseñe a ser cada día un poco más como Él.
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