Como todos saben, los elefantes son grandes y de color gris. Hasta que nació Puntito, el elefante enanito y amarillito...
Como era diferente, los demás hacían bromas y se reían de Puntito.
Los elefantes grandes y grises mostraban ante todos su fuerza y los grandes pesos que eran capaces de mover. Puntito solo podía llevar ramitas, hojas secas, pasto y granitos de maíz, en su pequeña trompa amarilla.
Un día, un gran árbol cayó sobre el jefe de los elefantes, dejándolo atrapado.
Todos los fuertes elefantes corrieron a salvar a su jefe. Pero por más fuerza que hacían, no podían levantar el árbol. Todos transpiraban y jadeaban tratando de levantar aquel tremendo peso.
Pero no podían.
Hasta que de pronto, un relámpago amarillo llamado Puntito, saltó sobre el tronco y con gran sorpresa para ellos, vieron que el árbol se levantó y el jefe quedó libre.
La fuerza de todos no pudo levantar el árbol porque faltaba un poquito más... justamente la poquita fuerza del pequeño elefantito.
Y así fue que los grandes elefantes comprendieron que todos eran útiles, incluso Puntito... el amarillito.
Puntito, el elefante amarillito nos ha enseñado que todos somos importantes, que todos valemos mucho. Cada compañero de vuestra clase es tan importante y valioso como tú, así que nunca te rías de nadie porque te puede ocurrir lo que les pasó a los grandes elefantes grises. Pidamos a Dios que nos ayude a tratar siempre con respeto a todos.
PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO
¿Nos reímos de las personas cuando son diferentes?
¿Tratamos con respeto a todas las personas?
ORACIÓN
Amigo Jesús, te damos gracias en este nuevo día por nuestros amigos y compañeros.
Gracias porque todos somos distintos, y todos crecemos juntos.
Gracias porque eso nos enriquece y nos hace a todos más amigos.
Que siempre nos respetemos, que siempre nos ayudemos.
Gracias Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario