PENSAMIENTO:
En estos días de cuaresma en que reflexionamos sobre lo que somos y lo que aspiramos a ser, volvemos nuestra mirada a Pedro Poveda y su acogida a lo humano, a la persona en todo su ser.
La mirada de Pedro Poveda al mundo es una inspiración para los que se profundizan en su propuesta de humanidad.
Prueba de ello es este proyecto Rajab, en el que participa la Institución Teresiana y que pretende ser un espacio de acogida y encuentro entre hermanos de toda raza, religión y cultura.
La huella de una mirada que hace persona.
En estos momentos de tanta confusión, cuando podemos dar más prioridad al tener y al parecer que al ser, la huella de Pedro Poveda nos mueve a buscar y a poner en manos de cada persona, instrumentos y medios que la hagan ser ella misma, que la hagan sentirse mirada y reconocida con dignidad, independientemente del sexo, de la edad, o del color de la piel.
Pedro Poveda tuvo el arte de mirar, ver y comprender la persona humana, de tal manera que dejaba en cada encuentro una huella especial…
Es esa mirada penetrante que traspasa la cotidianidad de la persona herida, debilitada, a veces humillada, aparentemente limitada, pero que sabe reconocer y discernir la fuerza y la dignidad que le da el ser ante Dios una persona única e irrepetible. Una mirada capaz de reconocer y discernir su grandeza por lo que es y lo que puede llegar a ser, por su disposición a vencer dificultades y riesgos. Una mirada que construye y dignifica.
Maite Uribe, Directora de la Institución Teresiana.
28 de julio 2020
PADRE NUESTRO...
SAN PEDRO POVEDA, RUEGA POR NOSOTROS.
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