VÍDEO DEL LEMA
domingo, 21 de junio de 2020
VOLVEREMOS EN SEPTIEMBRE
REFLEXIÓN DE HOY: ¡No estamos locos, que sabemos lo que queremos!
¡No estamos locos, que sabemos lo que queremos!
Queremos ser felices, vivir con pasión y disfrutar de cada pequeño acontecimiento, mirar con el corazón y así poder ver mejor. Queremos mantener la esperanza y confiar siempre en el que ha entregado su vida por nosotros. Queremos pisar fuerte pero también saborear la trascendencia de cada día. Deseamos vivir el hoy con la seguridad de que la eternidad nos espera y que será increíble.
No estamos locos, no somos débiles, tampoco unos ignorantes. No nos conformamos y buscamos la verdad.
Queremos descubrir el sentido de la vida y amar. Queremos ser auténticos y transmitir el amor verdadero que es el que recibimos de Dios.
No estamos locos, que sabemos lo que queremos.
Buscamos lo eterno, lo infinito, lo que no caduca. Tenemos sueños, ilusiones y muchos anhelos. Somos frágiles pero sabemos muy bien que el que nos hace fuertes y nos colma es Cristo. ¿Y tú, no quieres comprobar si esto que decimos es verdad?
#SoyInmortal y tú también si quieres.
Sin miedo #blacklivesmatter - 12º Domingo Tiempo Ordinario, Ciclo A
EVANGELIO del Domingo 12º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
jueves, 18 de junio de 2020
ORACIÓN ACIT JOVEN 18 DE JUNIO 2020
REFLEXIÓN DE HOY: EL TIEMPO. DEDICADO A NUESTROS CHICOS Y CHICAS DE 4º ESO QUE SE DESPIDEN ESTE CURSO
Lecturas del Sagrado Corazón de Jesús - 19 de junio de 2020
Primera lectura
En aquellos días, Moisés habló al pueblo, diciendo: «Tú eres un pueblo santo para el Señor, tu Dios: él te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad. Si el Señor se enamoró de vosotros y os eligió, no fue por ser vosotros más numerosos que los demás, pues sois el pueblo más pequeño, sino que, por puro amor vuestro, por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó de Egipto con mano fuerte y os rescató de la esclavitud, del dominio del Faraón, rey de Egipto. Así sabrás que el Señor, tu Dios, es Dios: el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor con los que lo aman y guardan sus preceptos, por mil generaciones. Pero paga en su persona a quien lo aborrece, acabando con él. No se hace esperar, paga a quien lo aborrece, en su persona. Pon por obra estos preceptos y los mandatos y decretos que te mando hoy.»
Palabra de Dios
Salmo
R/. La misericordia del Señor dura siempre,
para los que cumplen sus mandatos
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor hace justicia
y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Segunda lectura
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
Palabra de Dios
Evangelio
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor
miércoles, 17 de junio de 2020
PADRE NUESTRO DEL CIELO
Padre nuestro que estás en el cielo,
y en cada mujer y hombre de buena voluntad, y en cada instante en el que hay amor sincero y verdadero entre nosotros, y entre nosotros y la Creación. Padre cercano y cariñoso, protector y compañero, Señor de nuestra vida.
Santificado sea tu nombre. Que te nombremos y lo hagamos siempre desde nuestro sabernos hijos tuyos y hermanos de todos. Que creyendo en ti santifiquemos cada jornada y en ella cada momento.
Venga a nosotros tu reino, que no olvidemos nunca de buscarlo, de esperarlo y de hacerlo presente con nuestros gestos, palabras y acciones.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Y hágase a pesar de nuestras voluntades y deseos, de nuestras rebeldías e incoherencias. Haznos buscadores incansables de lo que tú quieres para cada uno de nosotros, para la Iglesia y para nuestro mundo.
Danos hoy nuestro pan de cada día y capacítanos para ponerlo a disposición de los demás, especialmente de los que carecen de lo más imprescindible. Haz que nos partamos y compartamos como tú haces.
Perdona nuestras ofensas, nuestros egoísmos, nuestra falta de autenticidad, nuestras distracciones, nuestras faltas de caridad y nuestros pecados cotidianos, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación de tener, desear y acaparar lo que no es nuestro, de perder nuestra libertad por mil esclavitudes, de intentar ser lo que no somos.
Y líbranos de todo mal, de toda tristeza, de toda angustia, de toda violencia y de toda injusticia. Así te lo pedimos. Así sea
REFLEXIÓN DE HOY: EL EJEMPLO DE LOS DEPORTISTAS
Lecturas del Jueves de la 11ª semana del Tiempo Ordinario - 18 de junio de 2020
Primera lectura
Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Tú resucitaste un muerto, sacándolo del abismo por voluntad del Señor; hiciste bajar reyes a la tumba y nobles desde sus lechos; ungiste reyes vengadores y nombraste un profeta como sucesor. Escuchaste en Sinal amenazas y sentencias vengadoras en Horeb. Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives. Elías fue arrebatado en el torbellino, y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu. En vida hizo múltiples milagros y prodigios, con sólo decirlo; en vida no temió a ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu; no hubo milagro que lo excediera: bajo él revivió la carne; en vida hizo maravillas y en muerte obras asombrosas.
Palabra de Dios
Salmo
R/. Alegraos, justos, con el Señor
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono. R/.
Delante de él avanza fuego,
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece. R/.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.
Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses. R/.
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»
Palabra del Señor
martes, 16 de junio de 2020
DARNOS DEL TODO (Santa Teresa). IXCIS
REFLEXIÓN DE HOY; PÓNGANSE LA MASCARILLA DE OXÍGENO
Lecturas del Miércoles de la 11ª semana del Tiempo Ordinario - 17 de junio de 2020
Primera lectura
Cuando el Señor iba a arrebatar a Elías al cielo en el torbellino, Elías y Elíseo se marcharon de Guilgal.
Llegaron a Jericó, y Elías dijo a Elíseo: «Quédate aquí, porque el Señor me envía solo hasta el Jordán.»
Eliseo respondió: «¡Vive Dios! Por tu vida, no te dejaré.»
Y los dos siguieron caminando. También marcharon cincuenta hombres de la comunidad de profetas y se pararon frente a ellos, a cierta distancia. Los dos se detuvieron junto al Jordán; Elías cogió su manto, lo enrolló, golpeó el agua, y el agua se dividió por medio, y así pasaron ambos a pie enjuto.
Mientras pasaban el río, dijo Elías a Elíseo: «Pídeme lo que quieras antes de que me aparten de tu lado.»
Eliseo pidió: «Déjame en herencia dos tercios de tu espíritu.»
Elías comentó: «¡No pides nada! Si logras verme cuando me aparten de tu lado, lo tendrás; si no me ves, no lo tendrás.»
Mientras ellos seguían conversando por el camino, los separó un carro de fuego con caballos de fuego, y Elías subió al cielo en el torbellino.
Eliseo lo miraba y gritaba: «¡Padre mío, padre mío, carro y auriga de Israel! »
Y ya no lo vio más. Entonces agarró su túnica y la rasgó en dos; luego recogió el manto que se le había caído a Elías, se volvió y se detuvo a la orilla del Jordán; y agarrando el manto de Elías, golpeó el agua diciendo: «¿Dónde está el Dios de Elías, dónde?»
Golpeó el agua, el agua se dividió por medio, y Eliseo cruzó.
Palabra de Dios
Salmo
R/. Sed fuertes y valientes de corazón,
los que esperáis en el Señor
Qué bondad tan grande,
Señor,reservas para tus fieles,
y concedes a los que a ti se acogen
a la vista de todos. R/.
En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas;
los ocultas en tu tabernáculo,
frente a las lenguas pendencieras. R/.
Amad al Señor, fieles suyos;
el Señor guarda a sus leales,
y a los soberbios les paga con creces. R/.
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.»
Palabra del Señor
lunes, 15 de junio de 2020
La emocionante carta de fin de curso de una maestra a sus alumnos
«Sus niños» terminan la educación primaria, marcada este año por la pandemia y la enseñanza a distancia. Una maestra italiana, Antonella, escribió a sus alumnos estas bellas palabras que nos pueden servir a todos
Nuestra hermosa escuela primaria ha terminado. Han pasado cinco años donde han crecido y han adquirido las habilidades para el próximo ciclo escolar: la escuela secundaria, la tan esperada.
Es una tradición que la maestra escriba una carta de “fin de curso” a sus alumnos. Sinceramente, este año no me apetece hacerlo, porque no me gusta esta idea de «final»: fin del año escolar, fin del ciclo de primaria, fin de las clases, de los encuentros en el aula real y del aula virtual por Meet.
No me gusta esto, no puedo negarlo. Es que no va conmigo. Así que he pensado que no la escribiré sobre este «final», sino para decirles lo que pienso y que llevo en el corazón sobre ustedes.
Saben que la maestra nunca hizo algo contra su parecer o en lo que no creyera firmemente – bien cabezota es la maestra –, y por esto tampoco lo haré ahora, porque no creo que la escuela pueda terminar jamás.
Sí, la escuela real, la de las charlas de historia, la de los viajes de geografía, la de los experimentos de ciencias, la de las rimas divertidas inventadas para jugar con el idioma, la de las tablas cantadas, gritadas y olvidadas en seguida, la de los colores de Monet, Renoir, Van Gogh, la de la búsqueda del sentido de todo, la de las risas y las riñas, la de las normas olvidadas y la de los castigos, la de las situaciones graciosas, la de la búsqueda del bien y del mal, de lo verdadero y de lo falso, del hombre y la mujer auténticos… Esa escuela real que hemos vivido juntos, les digo, no acabará nunca.
Me pueden decir: «Maestra, pero si ya no nos veremos en septiembre, iremos a otros colegios e institutos y asistiremos a otras clases.¿Cómo es posible que algo no termine y no empiece otra cosa? Lo decía en clase, que para todo hay un límite. ¿Qué nos está diciendo ahora?»
Se lo explico: Les estoy hablando de lo que se esconde detrás de todo, lo que hemos vivido y aprendido juntos, de esta escuela les estoy hablando. De la actitud auténtica hacia el mundo, la vida, las personas, esto no termina nunca. La apertura de espíritu que han aprendido permanecerá en ustedes conjugada siempre en presente del indicativo. Deberán ser fuertes y no dejar que nadie se la robe.
No se resignen a la mediocridad de las costumbres, a las formas de actuar de algunos, aunque sean muchos.
Busquen siempre su originalidad. Prosigan en el camino del descubrimiento de ustedes mismos, pues es el viaje más fascinante que pueden emprender y que nunca terminará, no porque no encuentren el camino, sino porque ustedes están hechos de infinito, y nunca podrán dar su viaje por concluido.
En nuestra aula nunca fuimos prisioneros de las paredes que nos rodeaban y acogían. Nunca estuvimos realmente dentro de un edificio, porque estábamos demasiado concentrados en conocer y sentir emociones. Estábamos demasiado ocupados en vivir, como los cuerpos celestes viajando en el universo.
Recuerden que cada uno de ustedes es especial por lo que es. No es verdad que tengan que correr para ocupar los primeros puestos en todas partes, cada uno tiene que encontrar su lugar en la vida y comprometerse a ser feliz y a hacer felices a los demás.
La vida no es una carrera, sino un largo paseo, durante el que se deben disfrutar los paisajes que se encuentran, buscar otros nuevos y saber compartirlos con otras personas, entablando con ellas largas conversaciones.
La vida es un tiempo maravilloso que se nos da y que hay que saborear junto a las personas que se encuentran junto al camino, porque de cada una de ellas aprendemos algo. Algunas, espero muchísimas, les harán entender qué es el amor, y otras en cambio qué significa afrontar los obstáculos, pero ustedes deberán dar las gracias a ambas, porque las primeras les harán entrar en lo profundo de ustedes mismos atravesando el camino de la ternura, las otras les ayudarán a descubrir que tienen dentro unas capacidades y una fuerza interior que no creían tener para superar los obstáculos que les pongan delante.
Den gracias siempre por todo, porque todo puede ser transformado por ustedes en el bien si realmente lo quieren. Nunca se olviden de soñar, porque los sueños, esos en los que de verdad se cree, se realizan.
También yo cuando tenía su edad tenía un sueño: deseaba ser una maestra siempre con los libros y los alumnos, porque quería alguien con quien compartir el asombro por las cosas maravillosas que el saber nos ofrece. Y mi sueño se ha realizado cuando me hice «mayor», pero nunca imaginé que la realidad sería más bella que mi sueño: porque ustedes son mejores que cualquier sueño.
Una vez, mientras les miraba jugar en el patio, Myriam descubrió que estaba rezando, y a pesar de que venía para pedirme algo, me dijo que no quería molestarme. Les digo esto, niños, porque es verdad, la maestra ha rezado por cada uno de ustedes. No puedo creer que sea la «casualidad» la que nos hizo encontrarnos, sino la Providencia, y a esa Providencia le pido que vele continuamente por ustedes.
Les he hablado mucho de Dios, pero lo hice para que comprendieran sobre todo una cosa: para que las cosas pequeñas, o las partes de un todo, tengan sentido, es necesario que haya un todo, el Sentido y Dios es el sentido de este todo.
Les he hablado siempre así, un poco como si fueran grandes y un poco como los pequeños que son. Por eso algunas frases de esta carta pueden resultarles difíciles, pero consérvenla y vuelvan a leerla cada vez que sientan el deseo de hacerlo, y verán que cada vez la comprenderán más, porque la maestra está hablando al hombre y a la mujer que son y que llegarán a ser.
Les dejo esta verdad que he comprendido en mi vida y que guardo en mi corazón: Deseen siempre el bien en todo momento, sobre todo cuando implique desventajas, y no dejen a nadie atrás. Ayuden a quien se encuentre en dificultad, pónganse en el lado del débil, sobre todo si ven que está sufriendo una injusticia, porque, aunque no sea fácil de afrontar, habrán ganado honor para ustedes.
Hace cinco años hicimos la elección correcta, decidimos acogernos y querernos, y esto será para siempre. Les deseo un feliz camino escolar, yo quedaré siempre en sus recuerdos, como ustedes en los míos. Y cuando quieran, cuando lo deseen, me encontrarán siempre, y verán que la maestra, a pesar del tiempo, les acogerá y les hará sentirse queridos, igual que cuando estábamos en clase.
Esta carta es para ustedes, desde lo más profundo de mi corazón.
Su maestra Antonella
REFLEXIÓN DE HOY: ¿TE CONSIDERAS RICO O POBRE?
Lecturas del Martes de la 11ª semana del Tiempo Ordinario - 16 de junio de 2020
Primera lectura
Después de la muerte de Nabot, el Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «Anda, baja al encuentro de Ajab, rey de Israel, que vive en Samaria. Mira, está en la vifía de Nabot, adonde ha bajado para tomar posesión. Dile: "Así dice el Señor: '¿Has asesinado, y encima robas?' Por eso, así dice el Señor: 'En el mismo sitio donde los perros han lamido la sangre de Nabot, a ti también los perros te lamerán la sangre.»
Ajab dijo a Elías: «¿Conque me has sorprendido, enemigo mío?»
Y Elías repuso: «¡Te he sorprendido! Por haberte vendido, haciendo lo que el Señor reprueba, aquí estoy para castigarte; te dejaré sin descendencia, te exterminaré todo israelita varón, esclavo o libre. Haré con tu casa como con la de Jeroboán, hijo de Nabat, y la de Basá, hijo de Ajías, porque me has irritado y has hecho pecar a Israel. También ha hablado el Señor contra Jezabel: "Los perros la devorarán en el campo de Yezrael." A los de Ajab que mueran en poblado los devorarán los perros, y a los que mueran en descampado los devorarán las aves del cielo.»
Y es que no hubo otro que se vendiera como Ajab para hacer lo que el Sefior reprueba, empujado por su mujer Jezabel. Procedió de manera abominable, siguiendo a los ídolos, igual que hacían los amorreos, a quienes el Señor había expulsado ante los israelitas. En cuanto Ajab oyó aquellas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió un sayal y ayunó; se acostaba con el sayal puesto y andaba taciturno.
El Señor dirigió la palabra a Ellas, el tesbita: «¿Has visto cómo se ha humillado Ajab ante mí? Por haberse humillado ante mí, no lo castigaré mientras viva; castigaré a su familia en tiempo de su hijo.»
Palabra de Dios
Salmo
R/. Misericordia, Señor: hemos pecado
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia. R/.
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.»
Palabra del Señor
domingo, 14 de junio de 2020
GeniaRely para repasar las parábolas
REFLEXIÓN DE HOY: AMAD A VUESTROS ENEMIGOS Y ORAD POR LOS QUE OS PERSIGUEN
El Evangelio de hoy nos presenta la quinta antítesis que encontramos en el capítulo 5 de Mateo. Jesús habla con autoridad «han oído que se dijo… pues yo les digo». En esta antítesis, que trata sobre la ley del Talión, aparece otra sorprendente novedad del mensaje evangélico: el NO rotundo a la ley del «ojo por ojo, diente por diente». Esta ley en la cultura bíblica y en otras culturas era un mecanismo para evitar que la sociedad cayera en el caos de la violencia indiscriminada. De alguna forma esta ley continua presente en nuestros días y se considera necesaria para asegurar la convivencia humana. La violencia legalizada parece ser la única respuesta que encontramos para hacerle frente a otro tipo de violencia que amenaza a la sociedad. Un ejemplo entre muchos, es la pena de muerte.
Jesús nos propone un cambio radical de este principio, porque la violencia solo genera más violencia. Para cambiar de raíz este mal de la violencia, las relaciones entre sí y con Dios, se deben basar en el amor. En la fuerza creativa del amor es donde podemos encontrar la respuesta para la violencia. Jesús les propone a sus discípulos y seguidores, nos los sigue proponiendo también hoy a nosotros, «no hacer frente al que los agravia». Es decir, no devolver mal por mal. La renuncia a la violencia no es resignación o ingenuidad, Jesús invita a ir más lejos, a responder al mal con el bien.
Esta propuesta de Jesús nos puede resultar difícil, complicada, contracultural, pero tiene una sorprendente actualidad en nuestro mundo violento de hoy. La espiral de la violencia en nuestra sociedad tiene unas consecuencias dramáticas. Bajo este paradigma de la violencia institucionalizada, política y militar nuestro mundo se hunde. El gran reto que tenemos como seguidores de Jesús es potenciar una actitud de la no violencia en nuestras relaciones de cada día, con pequeños gestos, en los ambientes donde nos movemos. Mateo lo plantea con sencillez y realismo: «si uno te da una bofetada… al que quiera ponerte en pleito… si uno te obliga a caminar mil pasos… a quien te pide prestado» (39-42). Las respuestas nos pueden parecer simples, pero están cargadas del poder que cambiará el mundo.
¿Tengo esta actitud de la no violencia activa como testigo del Reino de Dios en medio de un mundo injusto y violento?
Lecturas del Lunes de la 11ª semana del Tiempo Ordinario - 15 de junio de 2020
Primera lectura
Por aquel tiempo, Nabot, el de Yezrael, tenía una viña pegando al palacio de Ajab, rey de Samaria.
Ajab le propuso: «Dame la viña para hacerme yo una huerta, porque está al lado, pegando a mi casa; yo te daré en cambio una viña mejor o, si prefieres, te pago en dinero.»
Nabot respondió: «¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres!»
Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de Yezrael, aquello de: «No te cederé la heredad de mis padres.»
Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento.
Su esposa Jezabel se le acercó y le dijo: «¿Por qué estás de mal humor y no quieres probar alimento?»
Él contestó: «Es que hablé a Nabot, el de Yezrael, y le propuse: "Véndeme la viña o, si prefieres, te la cambio por otra." Y me dice: "No te doy mi viña."»
Entonces Jezabel dijo: «¿Y eres tú el que manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará bien. ¡Yo te daré la viña de Nabot, el de Yezrael!»
Escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y notables de la ciudad, paisanos de Nabot. Las cartas decían: «Proclamad un ayuno y sentad a Nabot en primera fila. Sentad en frente a dos canallas que declaren contra él: "Has maldecido a Dios y al rey." Lo sacáis afuera y lo apedreáis hasta que muera.»
Los paisanos de Nabot, los ancianos y notables que vivían en la ciudad, hicieron tal como les decía Jezabel, según estaba escrito en las cartas que habían recibido.
Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot en primera fila; llegaron dos canallas, se le sentaron enfrente y testificaron contra Nabot públicamente: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey.»
Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió.
Entonces informaron a Jezabel: «Nabot ha muerto apedreado.»
En cuanto oyó Jezabel que Nabot había muerto apedreado, dijo a Ajab: «Hala, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael, que no quiso vendértela. Nabot ya no vive, ha muerto.»
En cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael.
Palabra de Dios
Salmo
R/. Atiende a mis gemidos, Señor
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío. R/.
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario
y traicionero lo aborrece el Señor. R/.
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.»
Palabra del Señor
Luis Alfredo - Entre cuatro paredes
REFLEXIÓN DE HOY: "ESTANCADOS", J.A. Pagola
sábado, 13 de junio de 2020
Oportunidad para el cambio - El Cuerpo y la Sangre de Cristo, Ciclo A
Lecturas del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo - Ciclo A - 14 de junio de 2020
Primera lectura
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto; para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: si guardas sus preceptos o no. Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para enseñarte que no sólo vive el hombre de pan sino de todo cuanto sale de la boca de Dios. No te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres.»
Palabra de Dios
Salmo
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R/.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.
Segunda lectura
El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.
Palabra de Dios
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»
Palabra del Señor